Casonas del siglo XIX, construidas para la función de haciendas rurales, aun son testigos del crecimiento de unidades de producción agropecuaria. Poblaciones de los Valles Bolivianos, muestran imponentes recuerdos de la producción asociada a familias de hacendados que en base a la explotación de mano de obra campesina originaria, desarrollaron una importante producción para abastecer importantes mercados de ciudades y centros de producción minera de mayor migración en Bolivia.
Actualmente el Desarrollo Económico Local se ha individualizado, posterior a un proceso de reforma agraria hace 60 años, y los volúmenes de producción agropecuaria presentan indicadores de baja asociatividad y pero de importante generación de excedentes para los grandes mercados nacionales.
La agricultura boliviana en el área occidental es extremadamente tradicional, los principales productos se centran en la papa, el trigo, el maíz, la quinua y la cebada. Los cultivos andinos subexplotados hoy en día presentan una disminución e incluso la desaparición.
La división de las parcelas en la nueva distribución de tierras, ha presentado ciertas dificultades por la débil política nacional de apoyo al desarrollo productivo, la falta de agua para riego, la escasa infraestructura vial, y el deterioro de los suelos acompañada de la migración campo-ciudad actualmente han estancado el desarrollo agropecuario parcelario.
En términos las formas asociadas de producción,. como las cooperativas, las asociaciones y las empresas agropecuarias, aún requieren del apoyo institucional del Estado y de las organizaciones de cooperación, en la medida de trascender y mejorar la calidad y cantidad de la producción local.