En Bolivia producto de la tala indiscriminada de árboles, las quemas, y la expansión de las actividades agrícolas se pierde por año alrededor de 270 mil hectáreas de áreas boscosas por la deforestación causada .
La cobertura forestal alcanza a 53,4 millones de hectáreas a nivel nacional, que representa un 48 por ciento de la superficie total del país.
En particular, la situación del Gran Chaco es alarmante. La acelerada pérdida de masa boscosa está abriendo paso a la erosión de los terrenos y está el riesgo de transformar aquella región en un desierto sin vida. Expertos señalan que el mayor problema está en la ganadería, que requiere grandes extensiones de terreno para su desarrollo y, además, tiene graves efectos ambientales por su gran emisión de gases de efecto invernadero.
Derrumbes, inundaciones, sequías, vientos huracanados y un sin fin de desastres, el 70 por ciento de los desastres son atribuibles a la deforestación de bosques y áreas verdes; el restante 30 por ciento a la contaminación de vehículos, empresas y otros.