La sequía es uno de los fenómenos naturales adversos mas recurrentes y de impacto negativo sobre la economía campesina del altiplano boliviano, vinculada a la ganadería de camélidos y a la producción de quinua.
Los bofedales andinos llegan a perder hasta el 70% de agua, constituyéndose en zonas áridas y secas casi semidesérticas.
La reducción de manantiales y vertientes por efecto del cambio del clima ha reducido gradualmente la actividad ganadera, hasta el límite de poner en riesgo de extinción a algunas especies animales silvestres como la vicuña.
Si bien los periodos secos son en la zona recurrentes, en los últimos años por la escasez de agua se han generado tierras desertificadas que disminuirán toda actividad agrícola y limitará la generación de ingresos para las familias. El alarmante incremento de riesgos naturales como la sequía, la helada, la erosión, la salinización y la contaminación hídrica por actividades mineras, condenan a el Altiplano Sud de Bolivia, ha constituirse en un páramo no vegetativo con tendencia a la desertización y migración de las familias que habitan.
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