Parcelas y viviendas de precaria construcción acompañan dia a dia, la vida en el campo. Despues de casi 200 años de creación de Bolivia, las condiciones sociales y económicas del conjunto popular rural campesino, aun tiene mucho que mejorar.
La atención en servicios básicos representa en la mayoria de las comunidades dispersas un proceso de largo plazo. Las desigualdades entre urbes y área rural se han reducido en pequeña escala, siendo una tarea del desarrollo equilibrado e igualitario, a partir de la construcción de una base productiva agroindustrial sólida, que mejore el nivel de inversiones e ingresos de las familias.
La factibilidad de proyectos de inversión para diversas áreas geográficas y centros económicos de Bolivia, aún no tiene una planificación a largo plazo, aspecto que limita un modelo económico acorde a las potencialidades del capital social. La propuesta real en términos de desarrollo, no implica estratégicamente la intervención del Estado en la Economía, sino mas por el contrario se desarrola un economía mixta con alta inversión privada y regulación pública.
La sociedad rural minifundaria de zonas altas en Bolivia, debe ser nucleada en asociaciones y cooperativas para lograr una agricultura extensiva, caso contrario tiende a perecer por el deterioro del recurso tierra, aspecto que en el marco de una formación empresarial de sociedad anónima, mejorara las condiciones de oferta y produccion de alimentos.
Desde ya, el habitat campestre queda en la retina de aquel visitante y/o turista como una estampa del pasado y que necesita regenerarse para lograr que esta población, tambien tenga la condición de bolivianos en mejor situación social y económica.
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