Los Fenómenos naturales, como los frentes fríos denominadas olas polares en sudamerica, pueden generar efectos adversos e irreversibles en la producción agropecuaria, principalmente en comunidades rurales del Altiplano y Valles en Bolivia
La actividad económica de la población rural está circunscrita a la siembra de productos tradicionales que tienen un carácter de subsistencia familiar, que debido a estos impredecibles fenómenos naturales establecen la pérdida parcial o total de la producción, condicionando a estas familias a un grado de inseguridad alimentaria que se suma a sus condiciones sociales y económicas de vulnerabilidad y pobreza.
La sequía que se constituye en un fenómeno recurrente y que afecta de manera importante a los productores rurales actualmente por la presencia de frentes fríos se ahonda la crisis en la producción agrícola, que a futuro incidirá en la escasez y precios de los productos.
La helada es uno de los fenómenos naturales que más afectan a la actividad agrícola debido a su difícil predicción y sistemas de prevención. Sus efectos económicos se reflejan en cadenas que llegan desde el productor hasta el consumidor final.
En el Altiplano por la sequía, la situación no es de las mejores, las llamas y ovejas no tienen qué beber y la mortalidad de los animales supera el 30%.
En los valles, la producción de frutas y de verduras es la única actividad que permite tener ingresos, pero desde el año pasado las lluvias han sido muy irregulares o han llegado fuera de temporada, lo que ha producido que el rendimiento de los tomates, lechuga, durazno y mandarina sea menor.
En el Chaco es la escasa lluvia y la prolongada sequía, incide en el choroquetal, planta de la que se alimentan los bovinos, se seca y los animales no encuentran que comer.
En los llanos del oriente boliviano, existe escasez de agua y se hace difícil la situación de la actividad ganadera.
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